Diferencias entre el pensamiento estrategico y tactico

No se analiza en este apartado una diferencia entre el Marketing estratégico y el táctico u operativo.

Para decirlo con precisión, el primero consiste en "el análisis y comprensión del mercado, la identificación de las oportunidades y formas de desarrollo de las habilidades y recursos de la empresa que permitan satisfacer las necesidades y deseos de los consumidores mejor que la competencia". El Marketing táctico u operativo desciende al plano de la acción para hacer frente a la puesta en marcha de las estrategias. Toda acción táctica debe ir precedida de un profundo análisis del mercado y de una rigurosa reflexión estratégica, sin los cuales el mejor de los planes tiene pocas posibilidades de éxito. Y esto es lo discutiremos en este apartado, no asignando distinta importancia a los dos niveles de Marketing -ambos se complementan y son inseparables uno del otrosino para señalar los peligros de actual por impulso y alejado del pensamiento sistémico, racional. Cada problema (aún los más operativos) tiene tanto su dimensión estratégica como su dimensión táctica. El pensamiento estratégico es un modo de razonar que se debe ir adquiriendo día a día: no se puede aprender estrategia el mismo día que a uno lo nombran gerente general

Es importante advertir las principales diferencias entre el pensamiento táctico y el estratégico, destacando que en las empresas el pensamiento táctico juega dos roles opuestos. Por un lado, tiene un tol positivo y es una fortaleza organizacional cuando complementa al estratégico en sus detalles de operación. Por otro lado, tiene un rol negativo y se convierte en debilidad competitiva cuando sustituye al pensamiento es- tratégico ¡reemplazándolo! El pensamiento táctico es oportunista, se limita a "acomodarse" al escenario, se concentra en el corto plazo, los negocios coyunturales y adopta una actitud pasiva. Contrariamente, el pensamiento estratégico es sinérgico y adopta un rol activo que acomoda el afuera al adentro (influyendo sobre el escenario), al tiempo que articula y retroalimenta las políticas corporativas. El pensamiento táctico es intuitivo, se limita a seleccionar una sola alternativa con la que se "casa" a priori (no "ve" otras opciones"). El pensamiento estratégico es analítico, flexible creativo y racional. Establece criterios de valoración para la toma de decisiones y es, por sobre todo, un "sistema de percepción" de la realidad que abre nuevas posibilidades competitivas (permite "ver" más allá). El pensamiento táctico tiende a ser infantil cuando se guía por impulsos que no reconocen ni la duda ni la espera. El pensamiento estratégico es necesariamente "adulto" en tanto incorpora la noción de peligro (y por lo tanto evalúa la influencia del riesgo), la toma de distancia y la prudencia. El pensamiento táctico tiende a ser evasivo y exógeno, en tanto tiende a situar "fuera" las soluciones del problema en sí (a partir de cualquier detalle mínimo y cualquier culpable). El estratégico es comprometido y endógeno porque busca soluciones "dentro" del sistema (comprendiendo la lógica interna del problema y asumiendo sus propias responsabilidades).