DIFERENCIAS Y SIMILITUDES ENTRE LA ADMINISTRACION PÜBLICA Y LA PRIVADA

En las comparaciones entre la administración pública y la comercial a menudo se toman como puntos de referencia ciertas actividades específicas de uno y otro tipo, olvidándose las características esenciales de cada uno. Veamos cuales son las características fundamentales que dan perspectiva a las comparaciones más particularizadas.
1) El gobierno existe para servir los intereses generales de la sociedad, mientras que una empresa comercial sirve los intereses de un individuo o grupo.
2) El gobierno es, entre todas las asociaciones, la que tiene autoridad política suprema.
3) La autoridad del gobierno está sancionada por el monopolio de la violencia.
4) La responsabilidad del gobierno corresponde en su exigencia a la naturaleza y dimensión de su poder.

No podemos ignorar que estas características fundamentales aparecen mucho menos puras en la realidad que en su descripción teórica. Hay gobiernos que no afectan en forma significativa la vida de la sociedad, que están subordinados al poder de grupos particulares, que no pueden sancionar efectivamente sus mandatos, o que en vez de servir los intereses generales del pueblo son instrumentos para explotarlo. Pero aquí estamos hablando de las características esenciales del gobierno, independientemente de sus imperfecciones prácticas.
Lo que importa en el contexto presente es advertir cómo esta caracterización del gobierno impone peculiaridades a su administración. Podemos enumerar algunas consecuencias:
1) La tarea gubernamental es enorme, compleja, difícil. El tamaño de las operaciones, la multiplicidad de los propósitos y la complejidad de los programas exigen formas especiales de administración.
2) La universalidad y soberanía del gobierno suponen que éste ha de resolver los conflictos de intereses privados, tratando de alcanzar el máximo posible de bienestar general. Para esta función hay requisitos de imparcialidad y equidad que condicionan la conducta administrativa, distinguiéndola de las empresas privadas. Son evidentes las manifestaciones de este rasgo característico.
3) El gobierno es responsable ante el pueblo. Sus actuaciones están constantemente expuestas a la publicidad y a la crítica. Las opiniones de esa autoridad superior son muy diversas y variables. Cualquier asunto puede convertirse en un ingrediente explosivo para la opinión pública. Sin duda, la administración gubernamental tiene que adaptarse a tales exigencias con mayor apego que la privada. En un sistema democrático el carácter representativo del gobierno acentúa esta peculiaridad,
4) Los gobernantes, desde los más altos en la jerarquía hasta los de nivel inferior, representan a un poder inmenso de coacción, frente al cual se requieren protecciones especiales. Sus actuaciones deben estar controladas por la supervisión de sus colegas, del pueblo, y, sobre todo, de su propio sentido de responsabilidad. Esto presupone procedimientos, actitudes y formas de organización especiales que limiten la autoridad evitando su abuso.
5) La eficiencia de una entidad gubernamental no debe medirse por la maximización de sus ingresos o la minimización de sus gastos, sino por la calidad e intensidad con que realice los propósitos públicos. Es una equivocación común la de juzgar al gobierno en términos de sus ganancias y pérdidas – como si fuera una empresa comercial – con el empeño de que gaste poco, no incurra en deudas y mantenga sus presupuestos equilibrados. A menos que el gobierno sea un negocio de los gobernantes, su eficiencia siempre debe juzgarse con arreglo a cómo contribuye a la satisfacción de las necesidades y los ideales del pueblo.

(Tema obtenido del libro de Pedro Muñoz Amato “Introducción a la Administración Pública”, páginas 52/53/54)